… cuentan que en unos brazos
Tan largos como los anillos de Saturno
Y tan cortos como sus venas
Tan cálidos como una hoguera
Y tan fríos como la muerte
Tan visionarios como la luna
Y tan ciegos como el amor
Tan ciertos como el dios inexistente
Y tan opacos como el brillo del sol
Tan sonoros como el canto de mil aves
Y tan silenciosos como su propia alma
Tan ávidos del placer eterno
Y tan irritantes como su tiempo
Tan mágicos como la realidad
Y tan condicionados
como su ambiente
En esos brazos cayó el poeta…
Sin decir más que…
Su epitafio…
“Aquí nace el poeta”