30/7/12

El reparo de la noche


Taciturna la noche envistió mi sentir
Veló tu sonrisa tenue
Arrulló tu silueta dibujada en mi canto
Y abrigó tu piel sedosa y tibia
Hasta allí… todo fue bien…
Luego tu despedida
Cerró mis ojos
Dejando esta vida
Al vaivén del aire

El ego de mi sueño...


Nada es porque sí…
Todo tiene una razón
Y este cocuyo titilante bañado de miel
Que bailotea en mis venas
Alumbra y apaga
Las constantes notas inclinadas de reflexión
Favoreciendo un sentir
De morir o vivir
En tu tiempo
Porque quizá
Espiaste mi ego
Y encontraste la clave
Del nivel de mis sueños…

En dónde cayó el poeta?


… cuentan que en unos brazos
Tan largos como los anillos de Saturno
Y tan cortos como sus venas
Tan cálidos como una hoguera
Y tan fríos como la muerte
Tan visionarios como la luna
Y tan ciegos como el amor
Tan ciertos como el dios inexistente
Y tan opacos como el brillo del sol
Tan sonoros como el canto de mil aves
Y tan silenciosos como su propia alma
Tan ávidos del placer eterno
Y tan irritantes como su tiempo
Tan mágicos como la realidad
Y tan  condicionados como su ambiente
En esos brazos cayó el poeta…
Sin decir más que…
Su epitafio…
“Aquí nace el poeta”

Tus Besos

Caí en tus besos…
Como torbellino pausado y causante
De bienestar incalculable
A las sensaciones precisas de dos cuerpos
Esas que…
Recargan y descontrolan
Tu razón y mi razón
Caminas de frescura en mis pensamientos
En el haber subjetivo de emociones
Que nacen, brincan y remolinean en el deseo
Para cuando nace el sol arrullando la luna
Besándola en despedida…
Te encontraré allí
Cada vez que se me antoje
Así no lo notes
Y haré de ti
El crepúsculo diario de mi vida
En un beso eterno…

Blanca Helena Soler