Suspensa quedó
la muerte
… y sorprendí
a la muerte…
… cuando
apreció su espacio
Me tenía de
visita
Alcanzó a
asustarse,
Pero le
guardé en sonrisa
Y ella…
Con un nudo
en su garganta
Me quiso
hablar…
… y le fue
imposible
Pues sus
sollozos ojos desteñían y…
…que mal olía
su pensar
Reposó en mi
regazo
Expidiendo de
sí… tumultos de fracasos
Abatida entre
inmensas suertes
De justicia
en su seno
Que arrullaba
como ánima
Penando por
su crío…
Alcanzó a
dormir un instante y a soñarse viva…
… Al
despertar aún me hallaba a su lado
Contemplando
su feúra tierna y dulce…
… inocente y
fugaz!
Su color
matizado y transparente circulaba en su ripio
Mientras sus
cuencas parpadeaban queriendo hablarme
Entonces… le
canté un soneto que soñé hace algún tiempo:
“Duerme,
duerme soñolienta
No desveles
en tu acecho
Calma tus
ganas de armar
Tragedia en
el lecho
De seres que
aún no esperan
Que les
visites por dentro…
Duerme,
duerme apasionada
Ilusa de mil
amores
Que llevas la
esencia marcada
De profundos
desamores
Cuando al
amor resistes
Apostando a
los temores…”
…mas tomando
su mano
Y besando su muñeca
Partí sin
mirarla
A sabiendas
que me observaba…
… cuando con
sonrisa loca
Me gritó:
¡hasta pronto!
Y asintiendo
respondí: ¡Volveré a visitarte!
Blanca Helena
Soler