21/1/16

Colores de vida

Tantos colores lleva el alma
Y desteñidos fluorescentes raciocinios
Incrustados en sensaciones motivadas
De acuerdo a cada emboscada de la existencia misma
Aquella que permite el respiro
Del vago aliento en alimento de la vida
La suya, la mía, la de otros, sumada en potencia
De amarguras y dulzuras que entremezclan sin sabores
Deleitando lo humano, lo fémina, lo viril
Mariposas enfundadas en el perfume de cualquier carmín
Van y vienen abriendo ojos lánguidos y perplejos
Atónitos de realidades y espejismos
Colores y suertes echadas, abandonadas y refugiadas
En rocas blandas apartadas de la tierra
Rodeadas de una árida costumbre
Esa costumbre de no esperar la muerte


Blanca Helena Soler

Pensamiento

Apartando cualquier hechizo empírico
El pensamiento se hace botella
Transparente y turbio de sinfonía distócica
Hambriento y secular cual lugar lúgubre de danza magistral
Honores que atañen a la embestida de un toro cornudo
Que tapa su boca antes del sudor de sangre
Advierte una engullida de experiencias repetidas sin alivio
Nada más que el foco directo de las culpas asesinas
Hirientes, bellacas… enviadas por la sociedad
Ese cumulo de gentes con aplausos marrulleros que cubren un puñal
Buscando la parte noble más fácil de ensartar
El pensamiento se hace bomba
Idólatra, ciego, mantenido y humillado
También se hace digno
Soberbio, asertivo, proclive y justiciero
Hasta sumergirse en el vuelo oscuro sin luz
Guiado por el olfato
Nada más que la intuición sonriente de un ávido discurso acertado


Blanca Helena Soler

Amor y sustancia

El amor… gran cauce de valentía temblorosa
Que lleva a chorros el goteo de deseos
Delirantes y fuertes
Oscuros como brillantes
Tan Dulces y tan agrios
Cuerdos en la locura
Amables en zonas de desprecio
Hacedores de guía continua
Deseos que se escriben sin pluma
Pero se leen a trasluz
El amor rumbo de vientres alegres
Remisorios de lo que aún no sucede
Dispuestos a el bautizo de la pasión
Placer infinito de sentir motivado
Alivio de dolor hasta hacerlo inmaculado
Amor de todo y del vacío que aún no existe
Pero llena a cuenta gotas
La dicha de experimentarlo


Blanca Helena Soler

En el hielo...

El pingüino lleva en su lengua
El calor ardiente del aliento
De la pasión coloquial que bate su cintura
Mientras su pelaje brilla como el hielo
Envolvente a sus pies descalzos resistentes
Una vez detalla su hembra
Prepara su afecto eterno
Inalcanzable por el sol
Arrullado por la luna
En medio de estrellas diurnas
La brisa mece su actitud
Su mano emplumada
Permanece intacta sobre el hombro de ella
Ella que solo permite el calor de esa lengua
De quien batió su cintura


Blanca Helena Soler