Donde muere el sol
En aquel lugar exacto del tiempo
Comienza el delirio de mi cuerpo
Juntándose carne y sentimiento
Atravesado por centenares y agónicos deseos
Que envuelven de celofán y pringamoza
Efímeros recuerdos
Perdurando hasta el alba
La ansiedad por el regreso
No obstante los niego
Cuando la luna se acuesta
Y entrego de nuevo mi apuesta
A la realidad y mis reflejos
Obviarlos es imprescindible
Mientras evado los quejos
De un alma ataviada y triste
Que se revuelve los sesos
Acumulando desaires
Que profanan el vivir
Pretendiendo subsistir
Ante el lacayo insulto
De dominios impuestos
Por un marco lógico
Descrito para vos, para todos y para mí…
Blanca Helena Soler
Dedico mis tantos ensayos de trazos a quién se sienta motivado a leer estos versos, corolario de huellas, interrogantes y contestaciones que, aún permanecen en titubeos... No son tan sólo letras o mensajes, son parte de un apreciar sublime impulsado por el tiempo... experiencias venerables que edifican mí que hacer de vida. Hellen
3/10/10
1 comentario:
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Hacia meses no te leía, y como siempre, fenomenal...
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