31/1/09

EL OCASO DE LA EXISTENCIA

Vaga el mundo sin dirección alguna
Y en el agite constante de sus vivientes
Se deja ver la muerte
Que entre soñolienta y apesadumbrada
Espera al acecho
Y como engendro en oscuridad
Cobrarnos por lo que se ha hecho
Prostituir la morada y convertirla en nada

Es la muerte transeúnte en este mundo cruel
Que resulta por doquier y cuando menos se aguarda
Le teme a nada
Y en espacios de silencio y bullaranga
Siempre está
Normalmente malhumorada
Y dispuesta a prestar el servicio
Que se le asignó desde su origen

Cambian los días, unos se van y otros quedan
Pero hay quienes llegan
A ocupar el vacío de quienes ya no están
Germinan con la certeza de su expiración en adelante cualquier día
Y mientras vivan
La sentirán en su hombro como apoyo de su sombra
Esa que se nombra
Compañera y fiel conciencia
Caen universos de incógnitas
Discusiones de por qué dejar de existir
Para que fingir
Si el dictado con comas y puntos
Deja leer visiblemente el miserable ocaso
Que cuando al cesar de contar los pasos
Se transmuta en frío y lloran los lazos
De sentimientos que han quedado en apego a lo mundano

Causa enojo en los que se quedan
Sentimientos impotentes de los propios sangran
Y en un deseo descomunal en regresarlos de la no existencia
Atraen sus recuerdos,
Y en vano cuando ya no están
Sollozos en sus memorias viven el pasado
De un tiempo que no regresará
Aún cuando se entregara cualquier riqueza

El olvido llega pronto
Del ser que se ha ido a no sabemos donde
La rutina diaria del viviente
Se enreda en los quehaceres ordinarios
Vuelve la inadvertencia del apoyo en su hombro
No hay espacio para recordar el dolor que ha causado la muerte
Y que incansablemente
Nos acompaña en nuestro diario transcurrir

Es ritual de reiteraciones
Ciclos que se cierran naturalmente
Mientras otros abren sus ojos al mundo
Desconociendo su experiencia por el paso por la vida
Mientras ella secreta y pacientemente llama
Al oscurecer de la existencia
Que aun sabiendo que ocurrirá
Arrebata sin reconcomio a alguno el gusto por la vida

Todo lo que nace muere
Así se grite en el silencio
No permanece más de lo dispuesto
Pues como todo sistema en el mundo y la vida
Trastea a donde vaya con su fin irreversible
Trayendo consigo el cruel y amargo humor
De especular en que algo faltó
Mientras el aliento se libera del arbitrio terrenal
EL PRINCIPIO DEL SER

Blanca Helena Soler

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